Tu Creatividad hecha Realidad

The Greatest Forever

04.06.2016 13:36

 

 

 

THE GREATEST FOREVER

Existen personas que nacen con estrella. Personas que son tocados por Dios para sorprender al mundo con sus habilidades, con su poderío y determinación. Este selecto grupo de hombres y mujeres nacieron para dominar una especialidad en particular; ya sea en el ámbito social, político o deportivo. Hablar de Muhammad Ali (Cassius Clay) es atragantarse en anécdotas, elogios y acciones que sobrepasan -por mucho- lo que un boxeador podría alcanzar. Muhammad Ali trascendió el deporte que le brindó fama internacional; El Boxeo, para convertirse en un Líder Religioso, de opinión, Activista Político y Luchador por los Derechos Civiles. Ali fue una persona multifacética y con tan buena estrella que probablemente hubiera triunfado en cualquier ámbito que hubiera escogido. Pero más allá de su atrayente carisma, de su innegable talento como boxeador, y de su posición política, Muhammad Ali fue un hombre de una convicción “inquebrantable”, hablando de manera literal “a prueba de todo”. Probablemente su lealtad y congruencia en sus principios y creencias fue lo que más cautivó al mundo.

Boxísticamente hablando, Muhammad Ali -entonces llamado Cassius Clay- revolucionó la división de los pesos pesados. Jamás en la historia del Boxeo se había visto un peleador con tal habilidad, movilidad, rapidez, juego de piernas, cintura, combinaciones y defensa como el joven Cassius. Los analistas de la época parecían narrar a un peleador de pesos ligeros en vez de alguien que rondaba los 100 kilogramos. En 1960 ganó la medalla de oro olímpica en Roma. Sin embargo, en un hecho sin precedentes, su convicción se impondría sobre la ostentosidad de haber ganado el oro olímpico. Estados Unidos vivía una de las épocas más obscuras de racismo y entonces al Joven Cassius se le negó la entrada a un restaurante por ser una persona de color. Con su medalla alrededor del cuello el joven reclamó haber peleado por su país y la respuesta fue rotunda “Eres negro, aquí eso no importa”. El joven Cassius se marchó del restaurante, tomó su presea con coraje y la arrojó al rio sin importar todo el sacrificio que había implicado el ganarla. Desde entonces su lucha contra la segregación tomó forma. Para 1964 se enfrentó al feroz Sonny Liston, el peleador más temido de la época, reconocido por su salvaje poder y su incansable acecho al rival. El consenso general era abrumante en contra del joven Cassius, sin embargo, a pesar del negativo entorno, Cassius Clay -de tan solo 22 años- mostraba una seguridad en sí mismo que rayaba en una desagradable arrogancia. Que equivocados estaban todos aquellos que lo etiquetaban como bocón. “Soy el más grande, se los voy a demostrar”. Clay derrotó a Liston en 6 rounds y se convirtió en el campeón mundial de peso pesado más joven en la historia -22 años-. Este record permanecería imbatible por otros 22 años hasta que el joven Mike Tyson se convirtiera campeón mundial a los 20. Aquella noche victoriosa de Clay sobre Liston fue cuando surgió la famosa frase: “Sorprendí al Mundo”. Inmediatamente después se convirtió a la Nación del Islam, cambió su nombre de Cassius Clay a Muhammad Ali, explicó que su nombre -Clay- fue dado por esclavistas que poseyeron a sus ancestros, de esta forma su convicción se antepuso de nuevo: “yo no soy esclavo de nadie, es por eso que ahora me llamo Muhammad Ali”

Desde que se convirtió en campeón mundial, Muhammad Ali dominó el boxeo con tal facilidad que la misma gente comenzó a tomar en serio su frase numero 1: “Soy el más grande”. Derrotó nuevamente a Sonny Liston, después mostró sus habilidades contra Floyd Patterson, Herny Cooper, Brian London, Karl Mildenberger, Cleveland Williams y Ernie Terrell, a quien masacró por 12 rounds como castigo por llamarlo “Clay”, Ali sumamente molesto se pasó toda la pelea golpeando a su rival y preguntando con furia “¿Cuál es mi nombre?”.

Para entonces, Muhammad Ali era el ídolo de multitudes, el campeón indiscutido, un icono para la comunidad afroamericana, y un hombre con un valor mediático inmensurable. De esta forma, el gobierno de Estados Unidos trató de explotar su imagen llamándolo a participar en la guerra de Vietnam, pero una vez más, Ali sorprendería al mundo.

-no volare 10,000 millas para ayudar a matar gente pobre solo para satisfacer la supremacía blanca contra cualquier persona más obscura-

-no tengo nada en contra de VietCong, ningún vietnamita me ha llamado “Negro”-

-sé a dónde voy y conozco la verdad, no tengo porque ser lo que ustedes quieren que sea, soy libre para ser lo que yo quiero-

Estas palabras calaron hondo en el gobierno y desde entonces hicieron su vida miserable. Lo acosaron constantemente hasta que pidiera perdón en público, lo despojaron del título mundial y congelaron sus cuentas bancarias para dejarlo en bancarrota. No obstante, aquel perdón esperado por el Gobierno de Estados Unidos jamás llegó. Ali era un hombre de ideales inquebrantables y no importaría la presión en su contra, nunca iba a dar su brazo a torcer. De 1967 a 1970, Ali fue forzado al retiro y lamentablemente sus facultades boxísticas decrecieron enormidades. Le quitaron sus mejores años dentro del boxeo. Luchó en cortes y tribunales para regresar al cuadrilátero pero todas sus licencias fueron canceladas hasta que el Estado de Georgia le brindó la oportunidad de volver. 

El 26 de octubre de 1970, Muhammad Ali retornó al ring para vencer a Jerry Quarry, aquella rapidez y movimientos de cintura desaparecieron, pero solo fue para darle entrada a su mejor cualidad; su corazón. Hizo dos peleas para después enfrentar al Campeón que había reclamado el trono durante su ausencia; Joe Fraizer. Esa noche Ali cayó a la lona y fue golpeado como nunca para sufrir su primera derrota profesional; La rivalidad Ali-Fraizer nació.

Ali se hizo de muchos enemigos por situaciones extra deportivas, su relación con la Nación del Islam, con líderes como Malcom X y su postura contra la guerra lo hicieron el objetivo perfecto del Gobierno de Estados Unidos. Fue entonces que los ataques mediáticos no se hicieron esperar. La prensa demeritó cada una de sus actuaciones y contradecía todas sus palabras. Ali representaba rebeldía y el Gobierno no podía permitir ese comportamiento. Por tres años -desde Joe Fraizer- derrotó a cuanto rival tuvo enfrente, pero sus peleas eran cada vez más apretadas y la prensa aprovechaba para retarlo.

-Jamás podrás con la presión de Chuvalo- expresó la prensa. Sin embargo, Ali bailó alrededor del canadiense y le dio una verdadera catedra de boxeo.

-la técnica y experiencia de Patterson serán demasiado para ti- comentó hirientemente la prensa, Muhammad Ali contestó que ya lo había vencido pero los detractores argumentaron que eso sucedió cuando gozaba de un esplendor físico diferente.  Ali aniquiló a Patterson más convincente que en su primer combate.

-la velocidad de Bob Foster es real, la tuya es ficticia-  increpó la prensa mientras que Ali predijo que su rival no pasaría de 8 rounds. Así fue.

Estos dimes y diretes cobraron factura cuando Ali enfrentó a Ken Norton, un peleador sumamente fuerte y con una condición física excepcional. Después de una pelea pareja al extremo, Ali sufría su segunda derrota por decisión dividida. Sus detractores se regocijaron ante aquel resultado, pero esto solo desembocaría en un giro espectacular para la carrera boxística de “El más grande”. La revancha se daría de inmediato y Ali venció a Norton en otra pelea para recordar. No obstante, la sangrante prensa continuaba retándolo.

-Todavía te falta Fraizer-

4 meses después de enmendar su honor ante Norton, Ali se enfrentó en la tan esperada pelea de revancha contra su primer verdugo; Smokin’ Joe Fraizer. El Madison Square Garden en Nueva York fue testigo de otra pelea de antología donde Muhammad Ali disfrutó de la venganza y venció ampliamente a Fraizer. Sin embargo, su recién derrotado rival ya no era el campeón mundial, había perdido el titulo ante la nueva figura del boxeo; El poderoso mastodonte George Foreman.

Foreman venía de ser campeón olímpico en Mexico 68, y tenía una reputación de romper costillas a sus sparrings durante entrenamientos. Despedazó a Joe Fraizer y Ken Norton de forma brutal, a tal grado que la prensa comparó sus peleas con las actuaciones de Muhammad Ali.

-Mientras Muhammad Ali exhaló hasta el último suspiro para derrotar a Fraizer y Norton, a George Foreman le bastaron solo dos rounds para noquear a ambos-

Ali simplemente se limitó a decir: “les voy a demostrar lo grande que soy”

La pelea se llevó a cabo el 30 de Octubre de 1974 en Kinshasa Zaire (hoy República del Congo). El consenso general era de preocupación, no solo sabían que George Foreman vencería a Muhammad Ali, sino que temían por su salud. Foreman destrozaba a sus oponentes sin misericordia, pero Ali siempre esbozaba una sonrisa y aseguraba su victoria ante la incredulidad general. Don King hizo su aparición promoviendo la pelea, se decía el promotor de Ali, pero apostó una gran cantidad de dinero en su contra y a sus espaldas. En la conferencia de prensa antes de la pelea Ali supo por su entrenador -Angelo Dundee- sobre este golpe bajo de su propio promotor y lo expuso ante las cámaras.

-todos ustedes se inclinarán ante a mi cuando acabe con Foreman, sé que todos ustedes piensan que me vencerá – en eso volteó su rostro hasta Don King- sé que apostaste por él, pero tú, George Foreman, la prensa y todos se van a inclinar ante mí, “les voy a demostrar lo grande que soy”-

Y lo demostró; Muhammad Ali hizo lo imposible, en un alarde de valor y coraje dejó que su oponente -con todo y su poder descomunal- lo golpeará solo para demostrar que podía soportar lo que nadie había logrado. Ali noqueó a Foreman en 8 rounds y recuperó el título mundial de los pesos pesados ante la locura total de propios y extraños. Cabe mencionar que durante la celebración de la victoria, Don King se aproximó a felicitarlo, Ali le dijo algo al oído con furia y King se retiró sumamente consternado. Hasta la fecha no se sabe con exactitud el desdén de Ali contra King.

Muhammad Ali fue un hombre único que provocó histeria en sus seguidores, sumamente carismático, talentoso, sensato, de buen corazón, -busquen la pelea con Jerry Quarry- inteligente, un icono del deporte, del activismo social, un verdadero héroe que fue llamado “The Black Superman”, una persona a la que dedicaron decenas de documentales, canciones, películas y que fue catalogado por la revista “Deporte Ilustrado” como El mejor deportista de todos los tiempos, por arriba de figuras como Pele y Michael Jordan. Fue un atleta que prefirió renunciar a sus mejores años como boxeador con tal de respetar sus creencias. Una persona que dejo cientos de frases célebres, con sentido, con profundad, un hombre que tocó el corazón de millones de personas en todo el mundo, un hombre que fue ídolo de verdaderos ídolos como Nelson Mandela y los Beatles. El legado que dejó Muhammad Ali va más allá de poner en su lugar a sus oponentes, a la prensa, y a su propio gobierno. Su legado se basa en el sentido común, en igualdad y en simplemente hacer lo que es correcto, pero por sobre todas las cosas, nos dejó una enseñanza; Nunca, jamás le des la espalda a tus ideales y convicciones porque esa es la esencia de tu persona. Y eso fue Muhammad Ali hasta la muerte.

Que En Paz descanse el hoy indiscutido “Mas Grande de todos los tiempos”

 

Volver

Buscar en el sitio

© 2014 Todos los derechos reservados.