Tu Creatividad hecha Realidad

La Cabaña Maldita

04.03.2016 13:15

La Cabaña Maldita

<<¡No debieron venir¡>>

Regina observó a su alrededor después de escuchar el claro murmullo. Nerviosamente miró a sus compañeros pero no se percataron del suceso extraño. -Tal vez no debimos venir a este lugar- exclamó mientras trataban de encontrar el camino correcto a su destino. Era demasiado tarde. Daniel, Marcelo y Regina se habían adentrado en la enormidad del frondoso bosque. Su meta era encontrar La Cabaña Maldita. Decenas de leyendas urbanas rodeaban este enigmático punto perdido en La Sierra Madre Oriental. Los lugareños les advirtieron de las fuerzas inexplicables que vagaban entre la obscuridad. Los cedros susurrantes, los encinos aterradores, las amorfas sombras que deambulan sin parar durante la tétrica noche. Estaban decididos a caminar entre sendas pedregosas, veredas y rutas que terminaban en un acantilado donde se contemplaba la bella llanura montañosa. Allí se localizaba La Cabaña Maldita.

–ya está obscureciendo debemos acampar- comentó Daniel mientras Marcelo apreciaba el despejado cielo. –El vaquero nos dijo que serían tres horas caminando. Pienso que deberíamos avanzar el máximo posible.- contestó el extasiado joven. Regina se encontraba aterrorizada por la reciente psicofonía. Enseguida replicó al aventurero del grupo. –El vaquero también comentó que este lugar esta maldito y no deberíamos ir por nuestra cuenta y entre la obscuridad.- Marcelo observó inquisitivamente a Regina y recriminó su comentario. –Tu sabías sobre todo esto, no actúes como si te obligáramos a venir..- Daniel interrumpió la discusión y calmó los ánimos. –Tranquilos, vamos a descansar y mañana continuamos. Regina, no hay porque preocuparse, son solo leyendas.- El trio de jóvenes acampó entre hierbas y matorrales; Encendieron una fogata y desempacaron sus mochilas. Comieron los alimentos de sus bastimentos,conversaron por un par de horas y después durmieron plácidamente ante el intenso brillo de la luna.

Un polvo extraño se levantó en medio de los adormilados jóvenes. Pasos siniestros alertaron el sexto sentido de Regina quien resintió la presencia extraña. Abrió sus ojos y observó la horrorosa silueta de una extraña mujer que merodeaba el pequeño campamento. Su grito fue descomunal y al instante despertaron todos. La grotesca figura femenina volaba justo encima de la apagada fogata. Derramaba lágrimas de sangre sobre su rasgado vestido blanco. Observó a los tres jóvenes aterrorizados y clamó estruendosamente.

<<¡No debieron venir¡>>

Regina se levantó de inmediato y corrió a toda velocidad. Se alejaba de aquel campamento mientras observaba como Daniel jalaba a un hipnotizado Marcelo. Elmiedo la impulsaba para sobrevivir. Sus lágrimas se confundían con el sereno de la helada noche. Inconscientemente hablaba con sus piernas, les pedía que no desfallecieran hasta encontrar ayuda. La obscuridad la hizo caer en par de ocasiones y se lastimó con la maleza boscosa. Aun así continuó su travesía mientras escuchaba el amenazador silbido del viento. Parecía acosarla con sollozos fatalistas <<¡tus amigos ya no existen¡...¡deja de correr, no puedes escapar¡..>> El llanto desesperado de Regina no calmaba su desbordada ansiedad. De pronto, un grito escalofriante se escuchó a la distancia. Regina reconoció los alaridos desgarradores y aumentó la velocidad. Sintió unos dedos congelados que rasgaban sus mejillas y cerró sus ojos para colocar su mente en un estado de gracia. –Esto no es real, no puede serlo- Corría a ciegas mientras extendía su manos para tentar cualquier cosa por delante. Repentinamente, su frente se impactó con un rostro entre la obscuridad. El par de cuerpos cayó al suelo y se lamentaron tras el golpe. La aterrada joven abrió sus ojos y reconoció a su contraparte. -¿Daniel?- enseguida el muchacho respondió sumamente alarmado. - ¡sí, soy yo¡…¿Dónde estabas? ¿Por qué corriste?- Regina respiraba profundamente y se disculpó por aquel impulsivo arranque. Segundos después preguntó por el joven faltante. -¿y Marcelo?- Daniel señaló la dirección con su dedo. – venía detrás de mí, debe de estar por allí.-  Regina giró su rostro y escuchó voces entre la obscuridad. -¡acá estamos¡- Se incorporó rápidamente y corrió hasta aquella señal. Vislumbró dos siluetas obscuras que caminaban a su encuentro. Sin embargo aquella reunión causaría el inevitable desmayo de la joven. 

Las dos siluetas tomaron forma ante sus ojos.

-¿Marcelo?.. ¿Daniel?... ¿pero cómo?... ¡esto no es posible¡.. yo acabo de hablar

contigo allá atrás..- la confundida chica se desplomó al reconocer que no había nadie a su espalda.

Ambos jóvenes cargaron a Regina y desesperados buscaban el camino de regreso. Observaron un destello de luz a cien metros. Al parecer la ayuda había llegado. El vaquero que les advirtió el peligro portaba una antorcha. –vengan, suban, es muy peligroso estar por aquí.- los tres jóvenes ingresaron a un vehículo viejo y respiraron apaciblemente. –Gracias por ayudarnos- expresó conmovido Daniel, pero una risa macabra provino del chofer. -¡No debieron venir¡- El vehículo se detuvo al borde de un acantilado. La Cabaña Maldita abría su puerta mientras una horrenda mujer sangrante esperaba a los nuevos inquilinos de su hogar.

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