Tu Creatividad hecha Realidad

El Gran Territorio

24.02.2016 20:09

 

El GRAN TERRITORIO

Año 2120

Mi abuelo era un hombre extremadamente sabio, según él, su interés por la lectura lo heredó de su propio abuelo. Por generaciones hemos sido una familia curiosa y obsesionada con la historia. Lamentablemente eso ya no importa en esta tierra donde vivo. Recuerdo que me emocionaba hasta las lágrimas escuchar los relatos fantásticos de mi abuelo. Contaba historias tan impresionantes que en muchas ocasiones le mostraba muecas incrédulas, aunque debo aceptar que de niña creía cada palabra que expulsaba su boca. Entre las historias que más me impactaron –inclusive hasta hoy- se encontraba la de “El Gran Territorio”.

Mi abuelo contaba que en tiempos de su abuelo las cosas eran muy diferentes, -cuando menos geográficamente. Decía que la Isla de Califaz solía ser parte del Gran Territorio pero a raíz del monstruoso terremoto de San Andrés  se separó para destrozar no solo la tierra, sino familias enteras. Eso debió suceder antes de La Segunda Revolución; un conflicto armado que exterminó casi el 30% de la población del Gran Territorio. Mi abuelo recordaba su niñez con amargura, pero relataba que la juventud de su abuelo fue mucho peor. Su abuelo le describió atrocidades que ni siquiera las mentes más retorcidas podrían haber concebido.

Cuando llegué a mis 20 años de edad comprendí que aquellas historias carecían de mucho sentido. ¿se mataban por vender drogas? Ahora las conseguimos a un real–moneda actual- en cualquier tienda de la esquina. Una reverenda estupidez si me preguntan. Mi abuelo platicaba que en tiempos de su abuelo la droga era prohibida y que a raíz de la gran demanda los precios se disparaban. Esto causaba un consumo desmedido y descontrolado que provocó caos destrucción y muerte. Un poco exagerada la aseveración de mi abuelo pero quien soy yo para dudar de algo que pudo haber sido cierto. Parece ser que mucha gente se enriqueció a base de estas ventas nocivas e ilegales. Todo mundo quería ser parte de ese negocio de pronta remuneración pero la mayoría pereció en el intento. Según mi abuelo, los que dominaban ese mercado eran los antepasados de nuestros nefastos dirigentes actuales. Ese fue el momento en que aglomeraron su poder.

El Gran Territorio era regido por un gabinete político basado en la democracia. Contaba con su Honorable Presidente, comité de trabajo, diputados y senadores. Era una estructura muy parecida a la de nuestros vecinos, el país más grande del mundo, El Reino de Norteamérica Polar. Mi abuelo decía que su abuelo siempre se quejó amargamente de las irregularidades cometidas por el grupo político que dominaba El Gran Territorio. Los etiquetaba como personas sin corazón, analfabetas y corruptos que jamás vieron por el bien de su pueblo, al contrario, se enriquecieron de tal manera que el extenso país sufrió hambrunas, enfermedades y desesperación. Esto desembocó en la famosa Segunda Revolución. Las quejas de mi tatarabuelo sonaban tan actuales para mí que por un momento pensé que hablaba de cualquiera de los líderes de las 6 regiones.

-El poder enerva a la gente, eso fue lo que causó la desintegración del Gran Territorio, la corrupción alcanzó niveles tan alarmantes que el pueblo no soportó y destruyó a la clase política, al principio sonreí ante la idea de verlos sufrir pero pronto me di cuenta que los que llegaron eran unos auténticos animales- Recuerdo que comentó mi abuelo.

La guerra nos ha sacudido fuertemente. Según mi abuelo, somos los únicos que permanecemos intactos después de la separación. Hemos sido atacados incansablemente por todos lados. Desde que tengo uso de razón La Republica Soberana de Sinaloa ha tratado de doblegarnos por nuestra frontera oeste y sur. Alguna vez pudieron avanzar dentro de nuestro territorio pero los derrotamos en La Batalla de Nuevo Casas Grandes, y en el sur de nuestro país tuvimos otro tortuoso encuentro con El Escuadrón de Guanaceví. Supuestamente el mejor contingente militar por parte de los Sinaloanos. Afortunadamente también los derrotamos en una gran batalla en medio de la sierra llamada La defensa de La Ceniza. La razón de nuestras victorias son simples; Ellos son los que nos vienen a atacar, nosotros no queremos invadir a nadie. Conocemos nuestra tierra mejor que ellos y nos defendemos eficazmente. Nuestros triunfos sonaron por todos los países de la región. Al parecer, derrotar a los Sinaloanos te viste de gala. Sin embargo esto importó muy poco para nuestro otro acérrimo enemigo, El Nuevo Reino de Tamaulipas.

Reconocidos por sus sanguinarios métodos de tortura, los tamaulipeños tenían un pelotón enorme de soldados asentados en el poblado de Hércules, a unos cuantos kilómetros de nuestra frontera. Gracias a un informante infiltrado en aquel país, -en la región de Coahuila, Tamaulipas- supimos del movimiento del enemigo. Intentarían atacarnos en la madrugada pero nuestro heroico pelotón -enviado desde la ciudad de Camargo- los hizo retroceder. Tal vez sus métodos de tortura funcionen cuando ya tienen al enemigo maniatado, pero cuando el combate es en suelo parejo la situación cambia. El solo hecho de considerar que alguna vez fuimos un solo país me repugna. 

Las cosas con los países del sur no son para nada mejores. La Republica Soberana de Sinaloa es el país más grande de la región que comprendía El Gran Territorio,pero sus vecinos del sur contaban con el ejército más numeroso. La Gran Aztlán, hasta los mismos Sinaloanos tragaban saliva y recapacitaban para meterse contra dicha fuerza armada. La Gran Aztlan, según mi abuelo, era una región sumamente poblada. No se podía caminar dos pasos cuando ya chocabas con alguien. Su población conformaba casi el 60% del Gran Territorio, por lo mismo su poder militar era respetable. Ellos lo sabían, es por eso que intentaron movimientos para invadir al rival “débil” de su región; El Reino Maya de Palenque. De acuerdo a los relatos de mi abuelo, Los Aztlanos se llevaron la sorpresa de su vida cuando intentaron atacar a los Mayas. Cincuenta mil (50,000) soldados avanzaron por la desaparecida jungla de San Pedro Tapanatepec, Aztlan e ingresaron imponentemente a suelo Maya. Sin embargo, una vez que arribaron a Cintalapa, Palenque fueron sorprendidos increíblemente. La mitad de sus soldados eran de origen Maya. Estuvieron encubiertos por años. Enseguida se aliaron con sus “enemigos” y con 25,000 desertores más 15,000 soldados Mayas de Cintalapa aplastaron a Los Aztlanos reales. La Gran Aztlán aún no ha respondido pero solo es cuestión de tiempo. Son metódicos y fríos. En cualquier momento retornaran la sorpresa en la que cayeron. Por otra parte, Los Mayas han tenido que defenderse de constantes invasiones Tamaulipeñas. No pueden darse el lujo de rendirse otra vez y perder otra ciudad como lo hicieron en  Coatzacoalcos –ahora territorio del Nuevo Reino de Tamaulipas- El acoso es constante pero han sabido frenarlos en la región de Tabasco, Palenque.

La violencia es atroz, inconcebible e inaudita para mí. Sin embargo mi abuelo dice que su abuelo se carcajearía al comentarle algo así. El aseguraba que en sus tiempos asesinaban gente con más de 50 balazos. ¿un solo hombre con 50 balas? ¡Que desperdicio¡. El –inmenso- Reino de Norteamérica Polar dejó de vender armamento debido a su constante pugna con El Imperio de Siberia y El Gran Estado Árabe. Los recursos ahora son limitados y es por eso que en tiempos de mi tatarabuelo las balas abundaban. Aun así me parece excesiva la cantidad de munición dirigida a un solo hombre, a no ser que las balas sean de salva, no lo creo la verdad.    

La Isla de Califaz ha sido la menos afectada por las constantes batallas. Parece que su separación les cayó como anillo al dedo. Sin embargo el millón de fallecidos durante el peor terremoto de la historia hubiera preferido arriesgarse a vivir al lado de sus odiosos vecinos. Los Califeños no tardan en incorporarse al país más grande del mundo. Su apoyo es claro. Alguna ocasión fueron invadidos por los Sinaloanos pero la respuesta Norteamericana vino casi de inmediato. El mensaje estaba claro; La Zona Neutral de Califaz permanecería fuera de conflicto bélico. Suena como un lugar tranquilo y relajado para vivir, pero la información que mi abuelo me ha dado es que los Norteamericanos han expulsado gradualmente a los nativos de La Isla de Califaz. Argumentan espionaje, descendencia Sinaloana, Tamaulipeña o cualquiera del viejo territorio. Tienen 10 años que implementaron la nueva lengua americana –mi abuelo la conocía como Ingles- y fuerzan a los residentes para aprender la lengua. Los están desplazando estratégicamente. Hace años considere viajar hasta la Isla y establecerme allí, pero Los Califeños viven una etapa de transición que no es alentadora.

 –Si se quedan allí serán esclavizados por los Norteamericanos, y si abandonan su tierra tendrán que venir a nuestra Zona de Guerra- explicaba mi abuelo.La Isla de Califaz está descartada, no quiero ser esclava. La Republica Soberana de Sinaloa, tampoco es una opción, no seré sirvienta de ningún maldito criminal. El Nuevo Reino de Tamaulipas es el asco repugnante de la región, no quiero ser decapitada para brindar “el ejemplo” de lo que no se debe hacer. La Gran Aztlán me parece retrograda y asfixiante, pero no más que El Reino Maya de Palenque. Hace meses leí que Los Mayas depuraron sus tierras y han adoptado sus viejas costumbres ancestrales. Todo aquel Españolado –mestizo- es expulsado de su territorio; Según mi abuelo, quieren mantener su “raza” pura. No aceptan la residencia de nadie que no tenga sus rasgos étnicos. ¡Malditos racistas¡ Es muy probable que me usen para algún sacrificio a su Dios. Los exiliados son enviados a La Gran Aztlán y solo tienen dos opciones; Esclavitud o Ejecución.

Mi abuelo murió hace una semana. No tengo absolutamente nada que me até para vivir aquí. ¿Se preguntarán porque me iría de mi tierra?  Mis padres murieron en combate, mis hermanos están desaparecidos. A primera instancia parecería que defiendo mi país. Sin embargo La Republica Heroica de Chihuahua no es mejor que ninguno de nuestros vecinos. Me han intentado violar cuando menos una vez al mes desde que tengo 14 años de edad. Mi abuelo, mis padres y mis hermanos me protegían, pero ahora todos se han ido. Esto es una tierra de nadie que se mantiene de pie por el simple orgullo de sentirse verdaderos Chihuanos. Antes de morir mi abuelo reveló el nombre de aquel Gran Territorio, me dijo que se llamó México; Ese nombre no significa nada para mí, es extraño. Lo primero que se viene a mi mente al escuchar dicha palabra es la provincia fronteriza del Reino de Norteamérica Polar. Pero analizando con detenimiento esta información tiene sentido. Si de aquel lado hay un “Nuevo” México significa que en realidad existió un Viejo México, o solo México como lo describió mi abuelo. Tal vez El Gran Territorio era parte de un más grande Territorio como lo es Norteamérica y quiso independizarse después de hacerlo de España. Los libros no son claros al respecto, todas las bibliotecas fueron quemadas por los trogloditas que manejan las 6 regiones. De todas formas no me quedaría en esta tierra gobernada por la violencia, corrupción y muerte. La última conversación que tuve con mi abuelo me abrió los ojos y aclaró mi mente.

-¿Qué vas a hacer cuando yo me vaya?- expresó mi abuelo. Yo sabía que se refería a su muerte.

-voy a probar suerte en otro lado- recuerdo haber respondido.

-hay cosas que jamás cambiarán…- contestó mi abuelo seguido de un profundo suspiro.

Esas fueron sus últimas palabras. Bien, ahora tengo que dejar de escribir porque acaba de llegar la persona que me ayudara.  

-¿lista para cruzar al Reino de Norteamérica Polar?-

-si… vamos a dejar este infierno atrás.-

 

 

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